la naturaleza: el santuario de los niños
Intuitivamente, al igual que yo de niña, se integran en la Naturaleza hasta tal punto, que pareciera que pertenecieran a ella. Es donde más son ellos mismos... Perciben su entorno con mayor sensibilidad que en cualquier otro lugar. Lejos del ruido de la ciudad, los niños comparten sus juegos, escuchan el canto de los pájaros y son acariciados por la luz intermitente que se cuela entre las ramas de los árboles. La Naturaleza es su santuario particular.